Sentido figurado del lenguaje: significado oculto y su uso

El lenguaje es una herramienta fundamental en la comunicación humana que nos permite expresar ideas, emociones, pensamientos y sentimientos. Sin embargo, no siempre lo hacemos de manera literal; en muchas ocasiones, utilizamos figuras, metáforas y expresiones que van más allá del significado directo de las palabras. Este uso no literal del lenguaje se conoce como sentido figurado, un recurso que enriquece la forma en que comunicamos nuestras ideas y que facilita la transmisión de conceptos complejos o abstractos de manera más creativa y expresiva.
Desde tiempos antiguos, los seres humanos han empleado el sentido figurado para dar color, dramatismo y profundización a sus discursos y textos. No se trata simplemente de adornos lingüísticos, sino de una forma de transmitir significados ocultos o simbólicos que requieren cierta interpretación por parte del receptor. De hecho, muchas de las expresiones más comunes en el idioma cotidiano, en la literatura y en la poesía, corresponden a expresiones en las que predomina el uso de figuras retóricas y metáforas, elementos fundamentales del sentido figurado. Aprender a distinguir entre el significado literal y el figurado nos ayuda a comprender mejor los mensajes que recibimos y a enriquecer nuestra comunicación.
Es importante señalar que, aunque para quienes no están familiarizados con estas expresiones puede parecer que el sentido figurado complica la comprensión, en realidad amplia nuestro horizonte de expresión y nos permite jugar con las palabras, creando mensajes más memorables y emotivos. Desde expresiones coloquiales hasta poemas y discursos políticos, el recurso del sentido figurado está presente en múltiples ámbitos y contextos, sirviendo como un puente que conecta las ideas de manera simbólica, creativa y muchas veces, más efectiva.
- ¿Qué es el sentido figurado y cómo se diferencia del literal?
- Ejemplos comunes del sentido figurado en expresiones cotidianas
- La función del lenguaje figurado en la literatura y la poesía
- La importancia del sentido figurado en la comunicación cotidiana
- La diversidad de códigos y expresiones en el sentido figurado
- Conclusión
¿Qué es el sentido figurado y cómo se diferencia del literal?
El sentido figurado del lenguaje es aquella forma de expresarse en que las palabras no se entienden en su significado directo, sino que adquieren un sentido simbólico, metafórico o connotativo. Cuando usamos un lenguaje en sentido figurado, estamos utilizando recursos que trascienden las palabras literales para crear imágenes, sensaciones o conceptos que no son evidentes a simple vista. Este estilo de expresión requiere, en muchas ocasiones, que el oyente o lector posea ciertos conocimientos culturales, históricos o contextuales para captar la intención completa del mensaje.
Por ejemplo, decir “está en las nubes” en sentido literal indicaría que una persona se encuentra físicamente suspendida en el aire. Sin embargo, en su sentido figurado, esta expresión significa que la persona está distraída, soñadora o ausente de la realidad presente. La diferencia entre el sentido literal y el sentido figurado radica en que el primero se refiere a la interpretación más directa y objetiva de las palabras, aquella que aparece en diccionarios o en explicaciones simples. En cambio, el sentido figurado implica un significado más elaborado, que suele requerir interpretación, ya que las palabras en él contienen un mensaje subyacente, emocional o simbólico.
Es esta capacidad de emplear el sentido figurado la que enriquece la comunicación y permite a los hablantes expresar ideas complejas de manera concisa, creativa y más impactante. No es que uno sea más correcto que otro, sino que ambos estilos se complementan según la intención del emisor y el contexto en que se emplean. Comprender esta diferencia nos ayuda a evitar malas interpretaciones y a apreciar la belleza del uso del lenguaje en todas sus formas.
Ejemplos comunes del sentido figurado en expresiones cotidianas

A diario, las personas emplean múltiples expresiones en sentido figurado para describir situaciones o sentimientos. Muchas de estas frases se han convertido en parte del lenguaje común, integrándose en el uso cotidiano sin que muchas veces reflexionemos sobre su significado profundo. Expresiones como “tener un corazón de oro”, “romper el hielo” o “estar en la cuerda floja” transmiten ideas específicas que van más allá de su sentido literal.
Por ejemplo, cuando alguien dice que “tiene un corazón de oro”, no está hablando literalmente de que su corazón esté hecho de metal precioso, sino que se refiere a que esa persona es bondadosa, generosa y noble. Este uso figurado ayuda a describir cualidades humanas de forma más vívida y emocional. Igualmente, frases como “liderar la carga” o “detenerse en seco” también emplean el sentido figurado para expresar liderazgo, decisión o sorpresa, sin que exista una relación directa con la acción literal de cargar o detener algo.
Otra expresión popular, “tirar la casa por la ventana”, utiliza la metáfora para indicar que alguien está haciendo un gran esfuerzo o celebración, quizás con gastos considerables, en lugar de referirse literalmente a tirar un inmueble. Estas expresiones enriquecen la comunicación cotidiana, añadiendo color y significado emocional. La mayoría de ellas se han construido con base en metáforas, símbolos o comparaciones, y muchas veces su origen tiene raíces culturales o históricas que enriquece aún más su comprensión.
El uso de estas expresiones permite crear un vínculo emocional con el oyente, estimulando su imaginación y facilitando que el mensaje tenga mayor impacto. Este tipo de lenguaje figurado también es muy valioso en la literatura, donde los autores buscan transmitir sensaciones y estados de ánimo de manera más profunda y artística, afectando y despertando sentimientos en quienes los leen o escuchan. La familiaridad con estas expresiones cotidiana hace que el idioma sea vivo, dinámico y lleno de matices.
La función del lenguaje figurado en la literatura y la poesía
La literatura, especialmente la poesía, ha sido uno de los campos donde se emplea con mayor frecuencia el sentido figurado. Grandes escritores y poetas utilizan metáforas, símiles y símbolos para transformar las palabras en imágenes vivas que conectan con las emociones profundas del lector. A través del uso de estas figuras, los autores logran representar sentimientos complejos, estados de ánimo y ideas abstractas que serían difíciles de comunicar con un lenguaje directo y literal.
Un ejemplo claro se puede encontrar en las obras de Pablo Neruda, quien usaba imágenes rurales, metáforas sensuales y simbolismos para hablar de amor, deseo y naturaleza. En su poema “Si tú me olvidas”, Neruda emplea metáforas relacionadas con el campo y la tierra para expresar la intensidad y la fragilidad del amor, logrando así una conexión emocional que trasciende las palabras básicas. La riqueza del sentido figurado en su poesía reside en que cada metáfora invita al lector a explorar diferentes interpretaciones, enriqueciendo la experiencia de lectura.
Asimismo, en la poesía de Góngora, se emplean metáforas elaboradas y un vocabulario lleno de símbolos que invitan a la reflexión profunda. El uso de imágenes poéticas en estos autores permite que los textos tengan múltiples niveles de interpretación, facilitando que el lector se sumerja en sentimientos y sensaciones que trascienden lo explícito. El sentido figurado en la literatura cumple una función estética, emocional y didáctica, contribuyendo a que la obra alcance una dimensión artística y simbólica que enriquece la cultura y la creatividad.
Además, en la narrativa también encontramos el empleo del sentido figurado para construir personajes, escenarios y situaciones con mayor profundidad. Los autores aprovechan los recursos figurativos para expresar contradicciones humanas, conflictos internos y emociones intensas. En la literatura clásica y moderna, esta forma de usar las palabras ayuda a crear obras memorables que permanecen en la mente y el corazón del lector mucho tiempo después de haberlas leído.
Por otro lado, la riqueza del lenguaje figurado en la poesía y la literatura también permite a los autores jugar con las palabras, experimentar y desafiar los límites del idioma. El uso de símbolos, metáforas y símiles hace que cada obra tenga un carácter único y personal, reflejando aspectos de la cultura, historia y experiencia del poeta o escritor. En definitiva, el sentido figurado es un recurso esencial para dotar a las creaciones literarias de esa magia que las hace atemporales y universales.
La importancia del sentido figurado en la comunicación cotidiana

El sentido figurado no solo pertenece al mundo de la literatura o la poesía, sino que también desempeña un papel vital en la comunicación cotidiana. La mayoría de las expresiones que usamos en nuestra vida diaria contienen una carga simbólica y emocional, lo que ayuda a comprender mejor los sentimientos y actitudes de las personas con quienes interactuamos. Este tipo de expresión permite que los mensajes sean menos fríos o impersonales, generando empatía y conexión entre interlocutores.
Por ejemplo, cuando alguien dice que “está en las manos de Dios”, no se refiere literalmente a que una deidad tenga control absoluto sobre su destino, sino a una sensación de resignación, esperanza o confianza en algo superior. Asimismo, expresiones como “tener las manos llenas” o “estar con las manos atadas” emplean el sentido figurado para indicar que una persona está ocupada o limitada en sus acciones, respectivamente. Estas frases transmiten mucho más que una simple descripción; llevan implícitas emociones y opiniones que enriquecen la comunicación.
El sentido figurado también es muy útil para expresar opiniones, criticas o sentimientos de manera indirecta pero efectiva. La utilización de metáforas o expresiones en sentido figurado puede suavizar una crítica, hacerla más aceptable o incluso más persuasiva. Además, en situaciones de confrontación o conflicto, el uso de frases en sentido figurado ayuda a mantener la diplomacia, evitando chocar con el interlocutor y facilitando un diálogo más abierto y comprensivo.
Es importante comprender que, aunque en ocasiones el lenguaje en sentido figurado puede resultar confuso para quienes no están acostumbrados o desconocen ciertos códigos culturales, en general enriquece la interacción social. Permite que las ideas sean compartidas de forma más creativa y aporta humor, ironía o sarcasmo, según el contexto. Cultivar el conocimiento del sentido figurado nos ayuda a ser comunicadores más efectivos y a interpretar mejor las intenciones y emociones detrás de las palabras de los demás.
La diversidad de códigos y expresiones en el sentido figurado
El sentido figurado no se limita a un único código o forma de expresión. En realidad, es un recurso que existe en múltiples niveles y puede adoptar diversas formas según la cultura, la región, la clase social o incluso las experiencias personales. Es por ello que muchas expresiones en sentido figurado pueden variar mucho entre distintas comunidades o países hispanohablantes, adaptándose a sus propios contextos y tradiciones.
Por ejemplo, en algunos países latinoamericanos, decir que alguien “tiene un pie en el extranjero” significa que tiene planes de emigrar o viajar al extranjero, mientras que en otros puede interpretarse literalmente o con un significado diferente. Esta variabilidad demuestra cómo el uso del sentido figurado se adapta y se modifica según las circunstancias y necesidades comunicativas, enriqueciendo así la diversidad del idioma. La misma expresión puede tener diferentes matices, y entender su origen y uso cultural nos ayuda a interpretarlas correctamente.
Asimismo, en diferentes dialectos y sociolectos también encontramos expresiones particulares que emplean el sentido figurado. Los grupos sociales y las comunidades tienen su propio léxico, en el que las metáforas, los modos de decir y las expresiones en sentido figurado reflejan su identidad, valores y formas de ver el mundo. Esto hace que el idioma sea dinámico, vivo y en constante transformación, permitiendo a cada grupo expresar su realidad de forma creativa y particular.
Por último, no hay que olvidar que el sentido figurado también puede ser una forma de expresión personal, en la que cada individuo crea sus propias metáforas o expresiones en función de su experiencia y creatividad. Este nivel de personalización en el uso del lenguaje evidencia la flexibilidad y riqueza del idioma, permitiendo que cada quien deje una huella única en su forma de comunicarse con el mundo. En definitiva, el sentido figurado es una expresión de la cultura, la creatividad y la diversidad humanas que enriquece toda forma de comunicación.
Conclusión
El sentido figurado del lenguaje es un recurso indispensable en la comunicación humana que permite expresar ideas, sentimientos y conceptos de una manera más vívida, emotiva y creativa. A través de metáforas, símiles, símbolos y expresiones en clave, logramos transmitir significados ocultos o profundos que enriquecen nuestras conversaciones y textos. La diferencia clara entre el sentido literal y el figurado ayuda a comprender mejor los mensajes y a apreciar la belleza y complejidad del idioma.
Su presencia en la literatura, la poesía, el habla cotidiana y los códigos culturales refleja la vitalidad y dinamismo del idioma, adaptándose a cada contexto y necesidad. El sentido figurado no solo embellece la comunicación, sino que también sirve como puente para conectar emocionalmente con quienes nos escuchan, facilitando la transmisión de ideas abstractas y emociones intensas. Conocer y entender su uso nos convierte en interlocutores más hábiles y sensibles en nuestras interacciones diarias, en la lectura y en la creación artística.
Finalmente, el sentido figurado nos invita a jugar con las palabras, a inventar nuevas metáforas y a explorar diferentes maneras de ver el mundo. Es un reflejo de nuestra imaginación, cultura y creatividad, que enriquece la expresión y comprensión del lenguaje en todos los ámbitos de la vida. En un mundo donde la comunicación efectiva y emocional es fundamental, el uso de formas no literales de expresión se revela como una herramienta poderosa para hacer nuestras ideas más humanas, más profundas y, en definitiva, más humanas.
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